Un gobierno nacional de Sudamérica buscaba crear un fondo de inversión de impacto para financiar vivienda social, combinando capital privado con recursos de bancos de desarrollo multilaterales. Para atraer inversores institucionales era imprescindible una estructura financiera blended sólida.
El proyecto requería una estructura con tramos diferenciados, garantías, mecanismos de mitigación de riesgo y métricas de impacto social claras. Era necesaria una estructuración financiera avanzada que alineara intereses públicos y privados.
Diseñamos la arquitectura completa del vehículo blended: tramos, gobernanza, garantías, KPIs de impacto y modelo financiero. Coordinamos reuniones con aseguradoras, bancos y multilaterales, validando la estructura y asegurando su viabilidad institucional.
El vehículo cerró con más de USD 310 millones en compromisos.
El tramo senior fue suscrito por aseguradoras y bancos; los tramos subordinados atrajeron capital catalítico multilateral. El instrumento permitió movilizar inversión privada hacia vivienda asequible con una estructura sólida y replicable.
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